“La persistencia es el eco de un sueño que se niega a ser silenciado por el tiempo.”

Los sueños más valiosos a menudo requieren una persistencia tenaz, un diálogo continuo con nuestras aspiraciones que desafía la apatía y el desaliento. Es la voz interior que, susurrando una y otra vez, nos recuerda la meta, impidiendo que el olvido o el cansancio la sepulten.

Piensa en un músico practicando la misma pieza hasta dominarla; o un escritor revisando un manuscrito innumerables veces. Cada repetición, cada corrección, es un acto de persistencia que acerca la visión a la realidad.

Esta virtud nos enseña que el tiempo, lejos de ser un obstáculo, puede ser un aliado para refinar y fortalecer nuestras metas, si lo abordamos con una voluntad inquebrantable y un espíritu que se niega a renunciar.