“La tenacidad no es la ausencia de caídas, sino la firmeza para levantarse siempre con más determinación.”

Esta frase encapsula la verdadera esencia de la perseverancia. No se trata de evitar los obstáculos o de nunca fracasar, sino de la resistencia mostrada ante la adversidad.

La tenacidad implica una constancia inquebrantable, una determinación que se fortalece con cada caída. Imagina un árbol joven enfrentando una tormenta: se dobla, se mece, pero gracias a su persistencia y raíces profundas, vuelve a erguirse.

• Cada tropiezo es una lección.
• Cada error, una oportunidad para aprender y mejorar.

La clave reside en mantener la firmeza de propósito, en no rendirse ante la primera dificultad, sino en levantarse una y otra vez, cada vez con más fuerza y sabiduría.