“La firmeza no es la ausencia de caída, sino el arte de levantarse siempre un poco más erguido.”

Caer es parte del aprendizaje, un momento para reevaluar y ajustar. La firmeza se revela en nuestra capacidad para recuperarnos, para absorber las lecciones de cada tropiezo y ponernos de pie con una nueva fortaleza. Es la constancia en la resiliencia, la decisión de seguir adelante con una postura más fuerte y un espíritu renovado.

Imagina a un río que busca el mar. A veces, se encuentra con represas o desvíos. Su resistencia no es luchar contra la roca, sino encontrar el camino, adaptarse y seguir su curso. La perseverancia es esa fluidez adaptativa que, sin perder su destino, navega los obstáculos.