“Donde la fuerza flaquea, la firmeza se levanta.”

Hay momentos en los que la energía física o mental parece evaporarse, dejándonos a la deriva. Es en esos instantes de aparente debilidad donde la firmeza demuestra su verdadero poder. No se trata de no sentir el agotamiento, sino de elegir no sucumbir ante él.

Piensa en un roble anciano que ha soportado innumerables tormentas. Sus ramas pueden haber sido azotadas y sus hojas caídas, pero sus raíces, profundas y ancladas, le permiten resistir. Esa es la esencia de la firmeza: una voluntad arraigada que se mantiene erguida frente a las adversidades.