“Los ríos más caudalosos nacen de gotas obstinadas que se niegan a detenerse.”

Los ríos más caudalosos nacen de gotas obstinadas que se niegan a detenerse.

Esta metáfora resalta el poder de la constancia en la acumulación. Una sola gota de agua puede parecer insignificante, pero cuando millones de ellas se unen con firmeza y determinación, forman torrentes imparables. La persistencia, como la obstinación de esas gotas, es lo que construye la fuerza.

Piensa en la formación de grandes ríos. No es un evento único, sino un proceso continuo de pequeñas afluencias que, a través de la resistencia a la evaporación y a la sequía, eventualmente forman cursos de agua majestuosos. Nuestra tenacidad es esa fuerza colectiva que, gota a gota, crea grandes logros.