
“El motor de tu día reside en la cadencia de tu aliento.”
En cada inhalación y exhalación reside un ritmo vital, un recordatorio de tu propia presencia y la capacidad de seguir adelante. Este acto sencillo, a menudo olvidado, es una fuente constante de energía renovable.
Cuando sientas que el ímpetu decae, detente un instante. Siente el aire llenar tus pulmones, y luego vacíalos. Este simple ciclo es un estímulo para reenfocarte, un ancla en el torbellino de las distracciones, recordándote que la fuerza está dentro de ti.