“El primer paso es un acto de fe en tu propio impulso.”

Comenzar es a menudo la parte más difícil. Esta frase nos invita a ver el inicio de cualquier tarea como un acto de confianza en nuestra capacidad para avanzar. Es creer en la fuerza interna que nos empuja hacia adelante, incluso cuando no vemos el destino final.

Piensa en un río que comienza como un pequeño manantial. Ese primer brote de agua, aparentemente insignificante, es el que inicia el vasto caudal. Tu impulso es ese manantial. Es la energía que, al manifestarse en un primer paso, da inicio a la corriente de tu progreso, nutriendo tu determinación y creando el momentum necesario para seguir adelante.

Es un aliento para esos momentos de vacilación, un recordatorio de que la fe en ti mismo es el combustible primordial para cualquier viaje.