“El estímulo se halla en la audacia de soñar en grande y en la disciplina de dar el primer paso.”

La verdadera audacia no reside solo en concebir visiones grandiosas, sino en tener la valentía de iniciar el camino para hacerlas realidad. Ese primer paso, a menudo el más difícil, es donde se gesta un poderoso estímulo.

Es como un atleta preparándose para una maratón; la visión de la meta es inspiradora, pero la disciplina de ponerse en marcha es lo que lo lleva allí. Tu compromiso diario con ese primer movimiento, y los siguientes, alimenta un ciclo de progreso y energía.