“Que la fuerza de tu convicción sea el viento que hinche tus velas, llevándote más allá de tus propios límites.”
La motivación diaria se potencia enormemente cuando está respaldada por una profunda convicción en tus propósitos y en tu capacidad.
Piensa en un velero navegando con el viento a su favor. Tu convicción es ese viento. Cuando crees firmemente en lo que buscas y en tu habilidad para lograrlo, cada esfuerzo se siente menos arduo, más natural. Este impulso interno te permite superar obstáculos que de otro modo parecerían insuperables, expandiendo tus horizontes y llevándote a conquistar nuevas alturas.