“El estímulo de hoy forja la fortaleza de mañana.”
Los pequeños estímulos, las dosis diarias de impulso, son los ladrillos con los que construimos nuestra resiliencia. Son esos recordatorios de nuestro potencial, esas pequeñas victorias que van sumando para crear un carácter robusto.
Piensa en el crecimiento de un músculo. Requiere un esfuerzo constante y progresivo. La motivación diaria actúa de manera similar, proporcionando ese "ejercicio" mental y emocional que nos prepara para desafíos mayores, edificando una fortaleza interior inquebrantable.