“Encuentra la sinfonía en el silencio, la melodía en tus latidos; ahí yace tu fuerza motriz.”

La verdadera inspiración no siempre grita; a menudo susurra en los espacios vacíos. El aliento para seguir adelante puede encontrarse en la quietud, en la conexión con tu propio ser.

Escucha el ritmo constante de tu corazón, la cadencia de tu respiración. Estos son los acordes primordiales de tu existencia, una fuente inagotable de energía y propósito. En esa sintonía interna reside tu fuerza motriz.

Permite que esta melodía interna te guíe, recordándote que la motivación más profunda emana de tu propia esencia.