“Alimenta tu espíritu con la llama del hoy; la complacencia es ceniza fría.”

La energía vital que necesitas no viene de fuentes externas estancadas, sino de la acción y el compromiso con el momento presente.

Piensa en tu espíritu como una hoguera. Si solo se alimenta con los rescoldos de ayer, se apagará. El "hoy" es la leña fresca, la llama que le dará calor y luz. Mantén viva esa hoguera con la acción decidida, porque la pasividad solo conduce a la apatía, esa ceniza fría y sin vida.