“Que tu aliento sea la chispa que encienda el motor de tu jornada.”

Cada amanecer nos brinda una oportunidad, una página en blanco para escribir nuestras acciones. El aliento, esa brisa vital que nos atraviesa, puede ser interpretado como el impulso inicial, la primera envoltura de energía que necesitamos para arrancar. No es solo respirar, sino infundir intención en cada inhalación.

Imagina que cada exhalación es un pequeño lanzamiento de cohete, liberando la motivación acumulada durante el descanso. Es ese primer latido que rompe el silencio de la rutina, la señal para que las ruedas comiencen a girar. Este estímulo temprano puede ser la diferencia entre un día que se desliza y uno que es conquistado.

Así como un soplido puede avivar una brasa latente, tu propia voluntad puede transformar la inercia en movimiento. Haz de tu respiración consciente el primer acto de determinación del día.