“La chispa interna no necesita fósforos externos, solo tu aliento consciente.”
A veces, nos pasamos la vida buscando un fuego externo que nos impulse, un aplauso, un reconocimiento. Sin embargo, la verdadera potencia reside en esa brasa incandescente dentro de nosotros. Nutrirla con fe y propósito es un acto de auto-combustión que genera una energía imparable.