“Despierta tu sol interior, no esperes el amanecer ajeno.”
Cada día es una oportunidad para ser la luz que guía tu propio camino. No te resignes a esperar que las circunstancias externas te ilumbren; enciende tu propia llama, ese impulso vital que te impulsa a crear tu propia aurora. Es un recordatorio de que el poder para iniciar y sostener tu jornada reside dentro de ti, como una semilla esperando el momento adecuado para germinar.
Piensa en ello como un músico que no espera la melodía perfecta del universo, sino que afinando su propio instrumento, crea su sinfonía. Este despertar interior es el primer latido de un día lleno de propósito y energía genuina.