“Nutre tu espíritu con el rocío de la esperanza.”

Incluso en los días más secos, la esperanza es el rocío que revitaliza nuestro espíritu. La motivación diaria consiste en nutrir nuestro espíritu con esa esperanza, permitiendo que florezca incluso ante la aridez.

Piensa en una planta sedienta que recibe las gotas frescas de la mañana. Esa es la vitalidad interior. Es un aliento que nos recuerda que, sin importar las circunstancias, siempre hay una fuente de renovación esperando ser accedida.