“Que tu brújula interna siempre señale el norte de tu propósito.”

En el constante vaivén de la vida, a menudo nos encontramos navegando por mares agitados, bombardeados por influencias externas. Tener una guía interna, esa brújula inquebrantable que marca el rumbo de nuestros valores y aspiraciones, es fundamental para no perdernos. Es un recordatorio de quiénes somos y hacia dónde queremos ir.

Este aliento personal nos permite tomar decisiones alineadas con nuestra esencia, incluso cuando el camino se vuelve incierto. Es como tener a un sabio consejero dentro de nosotros, siempre apuntando hacia la verdad más profunda.