“Que el torrente de tu entusiasmo desborde los diques de la duda.”

La duda es como una presa que frena el flujo natural de nuestra vitalidad y creatividad. Es imperativo aprender a canalizar nuestra pasión para que supere cualquier obstáculo autoimpuesto.

Imagina un río caudaloso, cuyo poder es tan grande que puede erosionar las rocas más duras. Tu entusiasmo es esa fuerza. Cuando permites que la duda te controle, construyes barreras que limitan tu propio potencial.

Aprovecha este aliento para recordar la chispa que te mueve. Deja que esa llama interior arda con fuerza, consumiendo las sombras de la incertidumbre y guiándote hacia adelante con una luz inquebrantable.