“Convierte el "no puedo" en "quizás si lo intento".”

Las barreras de la mente a menudo son más formidables que las de la realidad. Tu impulso es el que te permite cuestionar esas limitaciones.

Piensa en las antiguas creencias que limitaban la exploración. Hoy, esas mismas barreras se derriban con la pregunta: "¿Y si?". Este estímulo te invita a reemplazar la certeza de la imposibilidad por la curiosidad de la posibilidad. Cuestiona tus límites.

La motivación diaria es ese pequeño susurro de duda sobre la propia duda. Es la valentía de intentar, de dar ese primer paso incierto, confiando en que la acción misma puede revelar un camino antes oculto.