“Deja que el torrente de tu energía vital arrastre los escombros de la inercia.”

La energía vital es una fuerza poderosa, como un torrente imparable. Esta fuerza tiene la capacidad de llevarse consigo los escombros de la inercia, esos obstáculos que nos frenan y nos impiden avanzar.

Es un estímulo para desatar nuestro potencial. Nos anima a permitir que nuestra propia vitalidad sea el agente de cambio, la fuerza que limpie el camino y nos permita fluir hacia adelante con impulso y propósito renovado.