“Que la autocompasión sea tu aliada, brindándote el <strong>aliento</strong> necesario para levantarte después de cada caída.”

Esta frase nos recuerda la importancia de ser amables con nosotros mismos, especialmente en momentos de dificultad. La autocompasión es un pilar fundamental de la resiliencia.

Piensa en un niño que aprende a caminar. Cuando cae, no se castiga, sino que se levanta, a veces con la ayuda de un ser querido. Nuestra autocompasión es esa mano amiga interna que nos valida, nos anima y nos permite volver a intentarlo.

Este impulso suave pero firme te permite procesar los errores sin auto-juicio paralizante. Reconoce tu humanidad, celebra tu esfuerzo y permítete el espacio para recuperarte. Es un acto de profunda motivación personal.