
“La antorcha del propósito ilumina tu sendero hoy.”
Piensa en un explorador en una caverna oscura, sosteniendo una antorcha. Esa llama es tu propósito, el faro que disipa las sombras de la indecisión y el miedo. Sin ella, el camino se vuelve incierto y la motivación flaquea.
Cada mañana, al encender tu propósito, te dotas de un aliento vital. Es la energía concentrada que te permite ver no solo el siguiente paso, sino el destino final, avivando tu ímpetu.
No permitas que el viento de las distracciones o la lluvia de las dificultades apaguen esa llama. Mantén viva la inspiración, y verás cómo tu sendero se aclara, iluminado por tu propio fuego interior.