
“Sé el faro que ilumina tu propia travesía.”
Nos anima a no depender de señales externas para guiarnos, sino a encontrar nuestra propia dirección interna.
En medio de la niebla de la duda o la oscuridad de la incertidumbre, no busques una luz ajena que te guíe. Tú posees la potencia para ser tu propio faro, emitiendo un haz de energía constante que disipa las sombras y traza el camino a seguir.
Es un acto de soberanía personal, un recordatorio de que la fuerza para navegar las aguas de la vida reside en nuestro interior. Cada día, reaviva esa luz, ajusta tu rumbo y sé el guía más confiable de tu propia expedición, alimentando tu motivación diaria con tu propia certeza.