“Que tu voluntad sea el viento que llene las velas de tu día.”

Esta poderosa metáfora equipara la voluntad con una fuerza natural, el viento, que tiene el poder de propulsar nuestro viaje diario. Es una forma de entender la motivación diaria como la fuerza motriz que necesitamos para avanzar.

Imagina un velero en alta mar. Sin viento, el barco permanece inmóvil. Pero cuando el viento sopla en las velas, el barco surca las aguas con propósito y velocidad. Tu voluntad es ese viento. Cada decisión consciente de avanzar, cada esfuerzo por superar un obstáculo, es una ráfaga que te impulsa. Es el impulso que te permite no solo navegar, sino dominar las corrientes de tu vida.