“Cada latido es un susurro de posibilidad; escúchalo.”

Tu propio cuerpo te regala un ritmo constante, una melodía vital que a menudo pasamos por alto. Cada palpitar del corazón es una reafirmación de la vida, de la capacidad de seguir adelante. Piensa en ello como un metrónomo interno, marcando el compás para nuevas aventuras y desafíos. Este impulso innato es el recordatorio más poderoso de que siempre hay una nueva oportunidad para intentarlo, para crecer, para ser.