“Deja que tu propósito sea el faro que ilumine la niebla del desánimo.”

A veces, el camino se vuelve confuso, cubierto por una densa bruma de dudas y obstáculos. En esos momentos, tu propósito actúa como un faro potente. No elimina la niebla por completo, pero te proporciona una dirección clara, un punto fijo al que apuntar, impidiendo que la incertidumbre te haga naufragar. Es tu brújula interna.