“Tu brújula interior nunca falla; escucha su tic-tac sutil en el ruido del día.”

En la vorágine de nuestras rutinas, las distracciones nos asedian. Sin embargo, existe una voz interna, un aliento constante que nos guía. Esta frase metafórica compara esa guía con una brújula fiable, cuyo sonido rítmico e incesante nos orienta. Debemos cultivar la quietud para percibir ese pulso, ese impulso esencial que nos mantiene en curso.