“Que tu resistencia sea la roca contra la que rompen las olas de la adversidad.”

La vida, como el mar, está llena de ciclos: mareas altas de éxito y bajamares de dificultad. Este aliento te anima a no temer a las tormentas, sino a cultivar una resistencia inquebrantable, una fortaleza interior que no se quiebre ante la presión.

Piensa en las rocas milenarias que han soportado el embate constante del océano. Su solidez no proviene de evitar las olas, sino de su capacidad para permanecer firmes. Así, tu capacidad para enfrentar los desafíos con entereza, con una energía enfocada en la superación, te convertirá en una fuerza inamovible.