“Vístete cada mañana con la armadura invisible del optimismo, dispuesta a desviar cualquier dardo de negatividad.”

La actitud con la que iniciamos el día tiene un poder inmenso sobre cómo lo vivimos. La motivación diaria se nutre de elegir conscientemente una perspectiva positiva.

Imagina el optimismo como un escudo reluciente que te protege de las flechas de la duda, el miedo o el pesimismo. Cada mañana, al levantarte, ponte esa armadura. Tu aliento para enfrentar el día con una sonrisa y una mente abierta te permitirá disipar cualquier intento de negatividad.