“No busques la perfección, busca el progreso; cada avance, por mínimo que sea, es una victoria en sí misma.”

La trampa de la ambición desmedida es a menudo la parálisis por análisis. La motivación diaria radica en celebrar cada paso adelante, por pequeño que parezca, reconociendo que la suma de estos avances constituye nuestro crecimiento.

Piensa en el desarrollo de una mariposa, desde el humilde capullo. Cada día que pasa, se gesta una transformación invisible hasta el momento de su esplendor. Tu energía enfocada en el progreso, no en una meta inalcanzable de perfección, te permitirá evolucionar.