“Que tu fe sea el viento que hincha las velas de tus sueños.”

Los sueños a menudo parecen navegar en un mar vasto e indómito. Necesitan un viento constante y poderoso para surcar las aguas, y ese viento es la fe en uno mismo, ese estímulo vital.

Piensa en un velero, majestuoso en el océano. Su movimiento depende de la fuerza invisible que infla sus velas. Tu fe es esa fuerza, esa convicción profunda que te impulsa hacia el horizonte de tus aspiraciones, transformando la esperanza en realidad.