“Haz de la gratitud tu motor y de la esperanza tu combustible para un viaje inspirador.”
Imagina que la gratitud es el aceite que mantiene funcionando el motor de tu alma, y la esperanza, el combustible que le da la potencia. Alimenta ambos diariamente. Cuando aprecias lo que tienes y confías en lo que vendrá, cada paso se siente ligero y cada desafío, una aventura esperanzadora.