“Deja que la curiosidad sea tu faro en la niebla de la duda cotidiana.”

La curiosidad se presenta como una luz guía, disipando la incertidumbre. Es el estímulo innato que nos impulsa a preguntar, a explorar, y a encontrar nuestro camino incluso cuando el panorama parece confuso.

Cuando la duda se cierna como una densa niebla, enciende la linterna de tu curiosidad. Pregunta por qué, cómo, qué pasaría si. Esa llama de interrogación te sacará de la oscuridad.