“El verdadero tesoro no es el destino, sino la energía invertida en cada paso del viaje.”

A menudo, fijamos nuestra vista en el final del camino, olvidando la riqueza que se esconde en el trayecto. Cada paso dado, cada esfuerzo dedicado, es una moneda de oro que acumulas en tu bolsillo interno. Tu impulso se encuentra en el valor de ese recorrido.

Este estímulo para disfrutar del proceso te infunde una motivación duradera. La energía que inviertes en cada momento es el verdadero tesoro, el aliento que te acompaña y te enriquece, independientemente de cuándo llegues a tu destino.