“Cultiva el jardín de tu propósito; cada pequeño esfuerzo es una semilla de grandeza.”

Tu propósito es un terreno fértil que necesita cuidado y dedicación constantes. No esperes cosechas abundantes de la noche a la mañana. En lugar de eso, concéntrate en el acto diario de sembrar: esa tarea completada, esa lección aprendida, ese acto de bondad.

Cada uno de estos actos, por insignificante que parezca, es una semilla que, regada con constancia, germinará en la robusta arboleda de tus logros más profundos.