“No busques la motivación, conviértete en su fuente inagotable.”

A menudo esperamos que un factor externo nos despierte, como un trovador cantando bajo nuestra ventana. Pero la verdadera motivación no es algo que se recibe pasivamente, sino una fuerza que nace de nuestro propio núcleo.

Piensa en un río: no espera a que llueva para fluir, su energía es intrínseca. Del mismo modo, tu impulso puede ser una corriente constante, alimentada por tu propia determinación y la claridad de tu visión.

Cultiva esa chispa interior. Que cada día sea una oportunidad para encender tu propio fuego, un estímulo que te impulse a seguir adelante, sin depender de fuentes externas.