“La fortaleza no reside en no caer, sino en levantarse con renovado aliento.”

La vida, como una batalla épica, presenta sus caídas. Esta frase, un eco de coraje, nos enseña que la verdadera fuerza se forja en la superación.

El impulso para continuar se encuentra en la resiliencia, en esa capacidad innata de levantarnos, sacudirnos el polvo y seguir adelante con una voluntad más férrea. No es la ausencia de tropiezos, sino la manera en que respondemos a ellos lo que define nuestro carácter.

Imagina al fénix resurgiendo de sus cenizas; esa es la esencia del espíritu indomable.