“Enciende la llama de tu propósito y calienta cada instante.”

Tu propósito es el combustible sagrado que mantiene viva la llama de tu ser. Alimenta esa energía interna y verás cómo cada momento se ilumina, disipando la frialdad de la complacencia.

Piensa en tu propósito como un faro. Incluso en la noche más oscura, su luz te guía y te da calidez constante. Permite que esa llama interior te impulse a vivir cada día con intensidad y significado.