“Que cada amanecer te despierte con el ímpetu de un albañil construyendo catedrales.”

Esta frase evoca la energía creativa y la labor paciente necesarias para emprender grandes proyectos. Al igual que un albañil, con cada día tenemos la oportunidad de añadir una piedra más a la estructura de nuestros sueños.

Imagina la dedicación de esos artesanos que, ladrillo a ladrillo, erigieron monumentos que desafían el tiempo. Ese mismo ímpetu es el que debemos canalizar en nuestras acciones diarias, sin importar cuán pequeñas parezcan. Cada tarea completada es un paso firme hacia la magnificencia.