“Encuentra tu <em>resiliencia</em> en la tormenta; el sol siempre vuelve a brillar más fuerte tras la lluvia.”

Las dificultades son inevitables, como las tormentas en el mar. Pero es en medio de la adversidad donde nuestra resiliencia se forja, nuestro verdadero impulso para resistir y adaptarnos.

Imagínate un barco que navega mares embravecidos. No se hunde; aprende a ajustar sus velas, a capear el temporal. La energía que usas para luchar contra la adversidad, redirigida con ánimo, te hace más fuerte y sabio.