“El viento de tus dudas se disipa ante el huracán de tu determinación.”

Las vacilaciones y los miedos son como brisas efímeras que pueden enfriar el espíritu. Sin embargo, cuando la determinación se convierte en un torbellino, esas dudas pierden su fuerza y se desvanecen en el horizonte.

Visualiza una vela en un día tranquilo. Un suave soplo puede moverla ligeramente. Pero cuando sopla un huracán, esa vela, si está firmemente sujeta, se yergue desafiante. Tu ánimo debe ser ese huracán, una fuerza imparable que arrasa con cualquier resistencia interna que intente frenar tu avance.