“Sé el arquitecto de tu propio entusiasmo, ladrillo a ladrillo.”

El entusiasmo no es algo que simplemente sucede; es una construcción activa de nuestra propia energía y actitud. Este pensamiento es un estímulo para la acción.

Visualiza tu entusiasmo como una obra arquitectónica. Cada pensamiento positivo, cada tarea abordada con diligencia, cada pequeño éxito, es un ladrillo que colocas con precisión. No esperes que otros construyan tu alegría; sé tú quien diseñe y edifique tu propia fuente de inspiración.