“No seas un espectador de tu propia vida; toma el escenario y baila la melodía que solo tú conoces.”

La existencia no es un teatro donde observamos pasivamente; es un escenario abierto donde cada uno de nosotros está llamado a ser el protagonista. La inspiración reside en abrazar ese rol con pasión y autenticidad.

Imagina que cada día es una nueva coreografía. No copies los pasos de otros ni esperes indicaciones. Escucha la música que resuena en tu interior y muévete con la energía de tu propia expresión. Tu baile es único, y cuando lo ejecutas con ánimo, no solo te liberas, sino que cautivas a quienes te observan.