“Deja que el aliento de la perseverancia infunda cada uno de tus empeños.”

La perseverancia no es solo la ausencia de rendición, sino la constancia del propósito, la resiliencia del espíritu.

En el camino hacia cualquier meta significativa, encontraremos obstáculos que nos invitarán a detenernos, a claudicar. Es en esos momentos cuando debemos recordar el poder del aliento continuo, de seguir adelante con fe inquebrantable. Imagina un escalador que, a pesar del cansancio, sigue ascendiendo, cada respiración profunda es un recordatorio de su meta en la cima.