
“Alimenta la llama de tu progreso con la leña de tus aprendizajes.”
Cada día es una lección, cada error una oportunidad de avivar el fuego del conocimiento. No permitas que se extinga.
Considera tu crecimiento como una fogata que debe mantenerse viva. El estímulo para añadir más leña proviene de tu curiosidad insaciable y tu disposición a aprender. La energía de cada nuevo conocimiento es lo que mantiene el fuego ardiendo.
Este aliento te invita a ser un recolector constante de experiencias, utilizando cada una para nutrir la llama que te impulsa hacia adelante.