“Haz que cada desafío sea un trampolín, no una barrera.”

La forma en que percibimos las dificultades determina nuestra capacidad para superarlas. Esta frase nos anima a ver los obstáculos como oportunidades de impulso.

Piensa en los atletas que practican saltos. Usan la superficie sobre la que corren no como un obstáculo que los detiene, sino como un punto de apoyo para impulsarse más alto. Del mismo modo, puedes utilizar las adversidades para ganar el impulso necesario para alcanzar nuevas alturas.

Este estímulo de superación te invita a adoptar una mentalidad de crecimiento, donde cada reto se convierte en una plataforma para despegar.