“Abraza la imperfección; es el terreno fértil donde germina el aprendizaje y la evolución.”

La búsqueda de la perfección puede paralizar. La verdadera motivación reside en aceptar que el proceso de aprendizaje implica errores y ajustes.

Piensa en un atleta que se entrena. No espera ser perfecto desde el primer día. Cada práctica, cada corrección, lo acerca más a su meta. Tus "defectos" son tus sesiones de práctica.

Este aliento te libera de la presión de la infalibilidad. Permite que tus imperfecciones te enseñen, te impulsen a mejorar y te recuerden que la evolución es un viaje, no un destino final.