“En la arquitectura del tiempo, cada instante es un ladrillo que construyes con tu determinación.”

No mires el tiempo como un flujo incontrolable, sino como la materia prima de tus creaciones. Cada segundo, cada minuto, tiene el potencial de ser un elemento valioso en la estructura de tu vida.

Tu determinación es el cemento que une estos ladrillos, dándoles solidez y propósito. El estímulo para colocarlos con firmeza viene de la visión clara de lo que estás construyendo.

Imagina la jornada como una obra en progreso. Con cada acción consciente, con cada esfuerzo dedicado, estás añadiendo un ladrillo más a la edificación de tus metas. Siente el ímpetu de arquitecto de tu propio destino.