“Que la resiliencia sea tu armadura, forjada en los fuegos de la adversidad, lista para el combate diario.”
La vida nos presenta constantes pruebas que buscan erosionar nuestro espíritu. Pero la verdadera fuerza reside en nuestra capacidad para levantarnos una y otra vez.
Este aliento te inspira a ver cada caída no como un final, sino como una oportunidad para fortalecer tu armadura interna, preparándote para los desafíos que vendrán con renovado vigor.