“Deja que el eco de tus logros pasados sea el trampolín para saltos aún más altos.”

Los triunfos de ayer no son monumentos estáticos, sino trampolines dinámicos. Son la prueba de tu resiliencia, la evidencia de tu capacidad. Piensa en ellos como anclas que te dan seguridad, pero también como resortes que te impulsan hacia adelante.

Este estímulo te invita a celebrar tus victorias, por modestas que sean, y a utilizarlas como combustible. Cada vez que recuerdas lo que has superado, renuevas tu energía para enfrentar los desafíos venideros. Que ese eco inspire la magnitud de tus próximos saltos.